miércoles, marzo 15, 2006

LA VISION (III)

La visión parece ser un objetivo ideal, pero por ello no imposible de lograr. Aparece como una constante en el ámbito privado, semipúblico y público, en lo laboral, profesional, empresarial y político.

Así, en lo privado, nuestra visión puede ser que nuestros hijos, adecuadamente instruidos y educados, cuenten con una buena posición laboral o profesional, con una familia consolidada y que nos den el placer de los nietos. En lo laboral o profesional, puede ser llegar a ocupar una gerencia, construir un edificio soberbio que nos dé renombre, ser titular de un importante estudio jurídico, ocupar el más alto cargo en el escalafón militar, transmitir conocimientos y valores (ser educadores). En lo empresarial, que nuestra organización llegue a ser la cabeza de un holding internacional. En lo político, liderar un proceso de desarrollo de nuestro país en determinadas condiciones, etc.

Me podrán decir que estas visiones particulares son contrapuestas y que sólo contados son los que podrán concretarlas. Es cierto, dependen como mínimo de dos factores: la igualdad de oportunidades y lo que haga cada uno para concretar su objetivo. Pero en lo esencial son absolutamente complementarias y componentes de la visión de país. Y acá llego a un punto fundamental: la misión y función de los líderes, que sólo enuncio ya que pretendo darle un tratamiento especial.

El líder formal o sustancial (la conjunción de ambas es lo deseable) es nada más ni nada menos que un intérprete, es aquél que sabe ver las visiones individuales y darles forma en otra que las comprenda y las trascienda. Y para ello, deberá contar con una segunda virtud: debe ser capaz de ver más allá que el resto, fijar las metas y conducirlos hacia el objetivo.

Pero ¿dónde resulta más conocido el concepto de visión? En las empresas. No existe ninguna organización empresaria que se precie de tal, que carezca de visión, misión, objetivos y políticas. Si pensamos al país desde este punto de vista, también es una empresa y debe contar imprescindiblemente con ellos como condición de supervivencia.

Necesariamente, porque el que no sabe adónde va, llega a ninguna parte.

Hasta la próxima.

Carlos Alberto Gemetro
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
República Argentina

Contacto: carlosg1@fibertel.com.ar